nayarit en exilio

Como muchos nayaritas en el extranjero, mi exilio voluntario ha obedecido a un afán por descubrir. El tiempo ha pasado y, el compromiso para con la tierra que me vió nacer, sigue latente. Es mi interés que el contenido de este blog, contribuya al mejor conocimiento y amor por esa tierra de parte de quien lo visite. De paso, comparto lo que creo interesante de mis vivencias como viajero y humano. Esto soy yo y ésto me impulsa.

Thursday, August 03, 2006

Mi madre, maestra de escuela.








Alejandrina Medina Rueda
Biografía

“Como maestro y como padre, empéñate más en inculcar en tus alumnos y en tus hijos la pasión por aprender, más que el enseñarles a memorizar fríos datos y mecanizadas prácticas” …Filosofía de una madre y maestra.: Alejandrina Medina Rueda.

Nacida en el Mineral de “El Motaje”, Mpio de Acaponeta, Nayarit, el 26 de noviembre de 1929; Alejandrina experimentó durante toda su vida la necesidad de sentirse amada y encontró la fuente de amor en la enseñanza.
A los doce años, siendo una estudiante del sexto grado en la Esc. “Rafael Buelna” de Tecuala, fué invitada a participar como maestra de grupo de Primer Grado gracias a su madurez intelectual, vocación y carisma. Esta invitación obedecía la fuerte demanda de profesores que en la época se presentaba.
El Director del plantel, el Profr. Enrique Hernández Zavalza, no se arrepintió nunca de su intuitiva y acertada decisión.
El permiso se obtuvo de sus padres adoptivos, Lino Medina y Antonia Rueda; quienes al no procrear descendencia propia, habían criado dentro de un sistema rígido y conservador, a esa muchachita morena, sumamente delgada, de ojos expresivos y blanca sonrisa.. “No fué difícil, mi casa estaba enfrente de la escuela. Mi mamá vigilaba que regresara durante el recreo de los niños a limpiar la casa” …Más tarde ella comentaría a sus hijos y amigos.

En el mismo ambiente magisterial, ella encontró a quien sería, más tarde, el compañero de toda su vida, el maestro y deportista Eugenio Rodríguez, apodado “Zavaleta” por el estilo en su juego de Beis-bol. Con él procreó seis hijos , ahora todos dedicados a la profesión de la enseñanza.
Las necesidades de tipo profesional y familiares, llevaron a Alejandrina Medina y familia, a peregrinar por escuelas de la costa nayarita, sembrando a su paso la semilla del conocimiento a generaciones de niños y niñas: Acaponeta, Tuxpan, Santiago Ixcuintla, para, por ultimo, Tepic donde ella tomaría los cursos formales en la Escuela Normal Urbana para, así, convertirse en maestra certificada.
Ya establecida en la capital del estado, fue asignada como maestra de Educación Pre-escolar en el Jardín de niños “Federico Froebel”.

Esta nueva experiencia reenforzó en Alejandrina su pasión por el magisterio pues el contacto con los niños de esta edad, refrescó su creatividad artística y recompensó, de manera tangible y contundente, la dura primera infancia que la maestra Medina había experimentado.

Todo ese caudal de emociones guardadas, se convirtieron en una labor de amor y ternura de la cual gozarían los pre-escolares de las zonas marginadas de la ciudad. Cantos y juegos; ingeniosas rimas y poesías salidas de lo profundo de su alma, fueron el regalo invaluable a esos espíritus nacientes y ávidos por descubrir el mundo.

Escribió dos pequeños libros de poesías infantiles y un recetario de cocina donde combina su nostalgia por la costa norte de Nayarit y su generosa gente y el sazón inconfundible de los platillos típicos de tal alegre región. Tales trabajos no han sido aún publicados.
Viuda a los 37 años,1967, enfrentó con estoicismo la enorme responsabilidad de mantener y educar por sí sola a sus hijos, sin descuidar su desempeño como educadora. Su salud se vió minada por frecuentes migrañas.
Digna, solidaria y respetuosa compañera de trabajo; apoyó y orientó a las maestras de nuevo ingreso; entregó sin reservas su amistad y amena conversación a quienes la conocieron , creando, de esta manera un modelo del maestro genuino y entrañable.
Su entrega al servicio educativo acrecentó su imagen de profesionista y su calidad humana al alojar en su hogar, docenas de jóvenes que no podían terminar su educación básica en sus comunidades de origen y lo hicieran al trasladarse a la ciudad de Tepic.
Fué fundadora y directora del Jardín de niños“Josefina Ramos” de El Rodeo.

Después de servir al pueblo de Nayarit como una educadora de convicciones y espíritu inquebrantable, se retiró de las filas magisteriales cuando ya su salud reclamaba un impostergable descanso.
Falleció el día 30 de octubre de 1987 a causa de complicaciones de diabetes.
Su hermosa sonrisa quedó ahí, en la memoria de sus educandos y compañeros. Su voz y su mensaje de dulzura trasciende a nuestros días, aconsejando al nuevo maestro a darse a la magnífica y renovadora con desinteresada entrega.
“Ofrece cada día tu mejor lección: Amar la vida y amar el conocerla; ir por el mundo con todos sus sentidos alertas para descubrirla…éso es aprender. Éso es ser maestro”

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